miércoles, 18 de julio de 2012

Etilismo


Alcoholismo_2 -

1 comentario:

  1. Este tema “el alcoholismo” es interesante para esta etapa de la vida tan importante por la que estamos pasando que es la Adolescencia.
    La ingesta de alcohol es una costumbre y un acto social para muchas personas que no implica mucho más que sentarse a hablar con los amigos mientras se toma una copa. El problema es cuando este acto se vuelve repetitivo y abusivo. Con el tiempo puede provocar enfermedades muy peligrosas e incluso mortales.
    El alcoholismo es una afección crónica y progresiva. En el cerebro, el alcohol interactúa con centros responsables del placer y de otras sensaciones deseables, lo que provoca que después de la exposición prolongada al alcohol, el cerebro se adapte a los cambios producidos por éste y se vuelva dependiente de ellos.

    La aplicación práctica que tiene en mi formación profesional es:
    Al realizar este trabajo me percate de todo el daño que se causa el ser humano a sí mismo y que nosotros como farmacéuticos debemos colaborar con las campañas que promueven y apoyan a los alcohólicos. Entre los males que causa el alcohol se encuentran diversos trastornos muy peligrosos como la pancreatitis o la cirrosis hepática, pero además puede empeorar y ser la causa de otras dolencias que van degradando el organismo del afectado y reduciendo su calidad y esperanza de vida. Además, los factores psicológicos que se manifiestan pueden mermar gravemente la forma de relacionarse del enfermo, produciendo un rechazo social.
    Los síntomas más frecuentes son la pérdida de control con incapacidad de interrumpir o reducir el consumo de alcohol, sufrir episodios de pérdida de memoria o mostrar actitudes violentas asociadas a su consumo.
    Su importancia radica en que para tratar el alcoholismo el primer paso es que el paciente asuma que tiene un problema y que quiere solucionarlo. Siempre se le debe apoyar con paciencia y comprensión y sin culparle de su adicción.
    El proceso de desintoxicación es difícil y más se sufre mucho con su desarrollo. Como el resto de las drogas, el alcohol produce un terrible síndrome de abstinencia, incluso en aquellos que no son adictos. Por ello, el tratamiento ha de ser paulatino y supervisado por un especialista. En algunos casos, para reducir la ansiedad, se suelen recetar sedación para controlar y aliviar los síntomas de la abstinencia. Esta etapa suele durar alrededor de una semana y pueden producir desórdenes en la alimentación, depresión y otros problemas físicos que deben ser adecuadamente vigilados.

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